La mayoría de las personas creen que los logopedas realizamos nuestra labor en la etapa escolar, más concretamente enfocada en los problemas articulatorios y en las dificultades en el aprendizaje de la lectoescritura. Cuando escuchan alguna referencia a la logopedia fuera de ese intervalo de edad, suelen extrañarse y piensan que se trata de alguna excepción.

Nada más lejos de la realidad. Esto es solamente una parte de nuestras funciones, que como profesionales sanitarios abarca innumerables aspectos de la comunicación, la voz, el habla, el lenguaje, la fluidez, así como la prevención, evaluación, diagnóstico y rehabilitación de las alteraciones y trastornos que presenten nuestros pacientes.

Nuestra labor se desarrolla desde los primeros momentos de la vida si hay dificultades en la alimentación del bebé, por un labio leporino o por enfermedades y alteraciones que pueden ser temporales o afectar a toda la vida del individuo (por ejemplo sordera) y que requieren de una adecuada atención.

A veces son los problemas en la adquisición del habla y desarrollo del lenguaje, así como de comunicación y de relación, que pueden tener causas diferentes, como la hipoacusia, el autismo o retrasos en el desarrollo, entre otros.

Las alteraciones en la voz pueden sobrevenir en cualquier momento de la vida, con frecuencia por un mal uso de ella, por ejemplo, en el trabajo. También el ritmo del habla, la expresión verbal y/o escrita pueden verse afectadas por distintos motivos.

Hay enfermedades que producen importantes trastornos con secuelas que dificultan el desenvolvimiento de la persona y que requieren atención especializada: disfagia, deterioro cognitivo, accidentes cerebro-vasculares, etc. En estos casos la rehabilitación logopédica es fundamental para lograr la mejor recuperación funcional que el paciente pueda lograr.dibujos-edades_2023-03-27_121920

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