Actualmente el momento de aparición del lenguaje en los pequeños es un tema de debate entre padres y especialistas. Cuando los padres llegan a consulta preocupados por la adquisición del lenguaje de sus hijos, muchos profesionales son partícipes de afirmaciones como “ya hablará…”, “es muy pequeño aún”, “todavía tiene tiempo…”. Estas afirmaciones son inadecuadas y no hay que “conformarse” con este tipo de solución. Por ello, en esta entrada del blog, como logopedas, queremos dejar clara la respuesta ante este tipo de situaciones haciendo un breve recorrido sobre las etapas que suelen recorrer los niños para la adquisición de la lengua materna.

En el periodo de entre 0 hasta los 3 años, los niños son capaces de manipular un sistema de comunicación complejo. Esta capacidad se ve reflejada gracias a la plasticidad cerebral y el proceso de maduración del sistema nervioso, el desarrollo cognoscitivo y el desarrollo socio emocional.

Las etapas en las que se divide la adquisición del lenguaje son las siguientes, desde el punto de vista cronológico, por tanto, es orientativo y flexivo:

  • ETAPA PRELINGÜISTICA (0 – 10 meses): Los objetivos de esta etapa son aprender a utilizar los aparatos de fonación y audición, y la supervivencia en el medio.

Esta etapa a su vez se divide en 2 subetapas:

  • Prebalbuceo (0 – 2 meses): Aparecen las vocalizaciones reflejas (llanto) y gorjeo. Aquí ya comienza el proceso comunicativo. El bebé comienza a reconocer voces de su entorno más cercano, responde con sonrisas, hace llamadas de atención mediante sonidos…
  • Balbuceo (3 – 10 meses): Esta etapa se divide en 2 apartados:
    • Juego Vocal (3 – 6 meses): comienzan a emitir emisiones voluntarias o intencionales (los gritos) en relación al sonido que quieren emitir con el fin de manifestar su estado de ánimo o alguna necesidad. También aparecen las muestras de gestos cuando algo les gusta, tienen curiosidad por el mundo que les rodea y tienen necesidad de explorarlo. La aparición de estos comportamientos afirma el desarrollo de las facultades receptoras.
    • Balbuceo reduplicativo/ Imitación de sonidos (6 – 9/10 meses): Empiezan a suceder un número considerable de sonidos vocálicos, exclamaciones, sílabas aisladas y manifestaciones no lingüísticas. Aparecen los grupos repetitivos o secuencias iterativas que son emisiones de sonidos mediante redoblamiento de sílabas con diferentes funciones como son la expresiva, apelativa e imitación. En esta etapa cobra mucha importancia el contexto comunicativo del niño ya que da comienzo el manifiesto de propósitos o intenciones comunicativas, dando lugar a la constitución del signo lingüístico (cuando el niño reconoce una emisión fónica con un significado emitido por un adulto y lo relaciona claramente con un significado concreto con el apoyo de un dibujo u objeto creando la relación significante-significado).

Cabe destacar que la transición de una etapa hacia la otra se hace de forma progresiva y no hay un cambio brusco entre las dos etapas ya que. Aunque, aparecen los significantes siguen estando la actividad fónica propia de la etapa anterior.

  • ETAPA LINGÜÍSTICA (a partir de los 10 meses): Se caracteriza por el uso del lenguaje con intenciones comunicativas, adquisición de sus elementos y la forma de combinarlos para que tengan un significado y una función. Esta etapa se constituye de diferentes categorías clasificadas por el rango de edad:
  • Constitución del signo lingüístico con carácter oral (10 – 12 meses): El niño descubre la función significativa de la emisión fónica y la asociación a un contenido o significado, por lo tanto, comienza el desarrollo lexical. Su repertorio lingüístico va de 3 a 5 palabras. Entiende rutinas verbales y aparece la anticipación gestual ante determinados juegos.
  • Entre los 13-14 meses, inicia la etapa holofrástica (palabra-frase), hay una evolución del signo hacia la palabra y como consecuencia, un aumento de significantes en el sistema comunicativo. Estos, a su vez, aumentan el número de silabas y sus combinaciones, y además se van acercando al léxico del adulto progresivamente. El niño hace frases de una sola palabra, amplía su vocabulario y muestra más capacidad compresiva que expresiva.
  • Entre los 15 y los 18 meses, el niño se encuentra en plena etapa holofrástica (palabra – frase), su repertorio léxico sigue aumentando, alcanzando las 15-20 palabras las cuales el niño las usa para producir acontecimientos y/o llamar la atención de los demás. A partir de los 17 meses, el niño extiende dicho repertorio y comienza a realizar combinaciones de dos palabras.
  • De los 18 a los 24 meses, el niño ya tiene definido un repertorio de palabras (menos 50 aproximadamente), la comprensión evoluciona progresivamente y sus expresiones son del tipo “holofrase”, es decir usa una palabra para expresar un amplio contenido, la que será comprendida por quienes le rodean, gracias al contexto y el apoyo del lenguaje gestual. En dichas expresiones, hace uso de sustantivos, verbos y calificadores (adjetivos y adverbios).
  • A los 24 meses, el niño empieza a introducirse en la etapa sintáctica, es decir, une varias palabras para formar frases, sigue aumentando el nivel del vocabulario, comprende y sigue una serie de 2 o 3 órdenes consecutivas simples, tararea pequeñas melodías y comienza con las primeras formas interrogativas a través de la entonación.
  • Entre los 2 y 3 años, en el niño se produce una incrementación rápida del vocabulario (mucho más que en los años anteriores), muestra interés en las explicaciones, aparece el uso del porqué de las cosas y cómo funcionan, demuestra comprensión. Regularmente relata experiencias recién pasadas (guiones) con un nivel sintáctico muy semejante a los adultos, aunque hay fallos.
  • Entre los 3 y 6 años, el niño es capaz de responder ante su nombre, comprender órdenes complejas, desarrollar una sintaxis coherente, seguir aumentando su vocabulario, hacer preguntas como ¿qué?, ¿por qué?; mantener la interacción con otras personas, expresar ideas y sentimientos, desarrollar una capacidad de compresión y expresión oral complejas y afianzar todo lo adquirido desde el primer mes hasta ahora.

En definitiva, la necesidad de comunicar aparece desde el primer mes de vida de una persona. Esta necesidad unida al bombardeo de estímulos externos que recibe hace que sea posible la adquisición y desarrollo del lenguaje. Por lo general, todos los niños son capaces de desarrollar esas capacidades, pero si durante dichas etapas se observa la ausencia o falta de desarrollo de alguna capacidad, lo esencial es acudir a un logopeda para resolver dudas y actuar lo antes posible para minimizar los futuros inconvenientes que pueda tener el niño en su desarrollo lingüístico.

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